Hoy se trataba de suerte.

Y no gané. Todo lo contrario.

A veces uno pide un deseo y lo ata a sus ganas, supongo que eso ayuda la suerte; otras juega libre deja todo librado al azar; aunque, dicen, el inconsciente digita todas nuestras acciones...
Conocí, una vez, a alguien que me contó que el agua era una de esas cosas naturales que "ayudan a calmar la mente" y, por consecuencia, eso atrae a la suerte, porque hace que tu inconsciente no interfiera...

Entonces decidí sumergirme en las profundidades y callarme.
Escuchar las bocanadas de aire sordo que viven debajo del agua. Intento desesperado por recordar. -
pero tengo aquel problema de la gente que pone la mente en blanco y bucea por otros mares a veces...

Seguiré probando y probándome en este nuevo universo acuático.
Nada de azar,
ni de inconscientes,
la corriente dirá a dónde ir y dónde encallar. 

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