El pacarite Colorate... iba a Villa Gesell y a Pinamar... y se paraba ahí, en la parecita al lado del Calistemo.. quizás, por ser del mismo color.
Tanto me gustaba, que lamentaba verlo tan poco.
Seguramente, esa condición de misterioso era lo que hacía que me gustara tanto.
Hace unos días, ví uno y enloquecí... empecé a pensar que cuando muera, me gustaría ser un Churrinche e ir volando de Calistemo en Calistemo... pero lamentablemente, los churrinches también mueren.
Sin dudas, cuando muera, entonces, querré no ser más nada, para no volver a morir.
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