Afuera un día gris. Un poco blanco y un poco negro. Viento suave y gélido. No hay caso, no puedo calentar la punta de mis dedos ni de mi nariz. Café caliente. Con más vapor de lo habitual. Tengo miedo de quemarme y no lo tomo inmediatamente, cuando me animo está casi frío. Y el espesor de esta crisálida me aletarga. Me cuesta salir y enfrentar el aire frío. Los recuerdos extraños que vienen sin preguntar se plantan en mis rodillas y dificultan aún más mi caminar. De pronto una tonada, una bocina, algún sol sostenido me trae una canción y eso ayuda a recuperarme. El frío es para mí muy potente. Franco -(jugando con Franca Potente y mi película favorita).
Y hoy no tengo ganas de explicarlo. No tengo la necesidad de - decir - con palabras bonitas. No tengo frescura y soltura para tener ganas de ir a ningún lugar. Mi crisálida estaba bien, pero el día me lleva de las narices envueltas.
·"De las narices"
Mey
No hay comentarios:
Publicar un comentario