El año de la PANDEMIA

    Es difícil hacer un racconto de todas las cosas que pasaron en este año de encierro.

Sin mi imaginación, hubiera muerto.

Empezó con un viaje familiar por el norte argentino. Lugar mágico. Saqué muchas fotos, escribí varios cuentos posibles, que nunca crecieron.

Volvimos con ganas de rearmar la casa, dejamos algunos muebles en la vereda, hicimos otros a medida y dejamos el mini departamento que alquilamos un poco más lindo, sin saber que ese detalle iba a ser fundamental para pasarla mejor durante el aislamiento.

En todo el primer tiempo distópico, escribí varios poemas, cuentos y micro-relatos un tanto oscuros, el cosquilleo de lo incierto, lo ominoso de toda la situación, la certeza de la muerte me envolvieron. 

Mi amiga y gran artista Valeria Zabala hizo lecturas hermosas y Josefina Madariaga dibujó/pintó las palabras. Quedó esto como resultado final de uno de los "10 poemas para mi muerte":

https://www.instagram.com/tv/CAWAIzMAR0n/?hl=es-la 

Todo el material en @lecturasurgentes

Proyecto tras proyecto, exposiciones y ollas populares, talleres de arte y feminismo, noches de inmadurez con hijos adolescentes, vino y cocina. 

Con mi amigo y genio Claudio Gómez, seguimos haciendo RARO y escribiendo cuentos extraños.

@raro.fanzine para ver el 2020

Con Adriana Gaspar y Vale Zabala, armamos el colectivo @cuerpos.desobedientes en el cual compartimos experiencias y redes feministas que nos ayudaron y nosotras ayudamos a otras a transitar el aislamiento.

Expuse mis tejidos fotográficos y los collage de Raro en @Umbralarte, en @frentetextil y en el @festivalexperienciastextiles curada por @librotextil

Hice talleres de escritura, de encuadernación, de costura, de tejido y me deprimí, y me sentí muy mal y quise irme a vivir sola. También agradecí estar acompañada y tener redes de contención que me quieren y me bancan cuando estoy abajo.

Leí, leí mucho. A mis amades compañeres de @elcuadernoazul y las cartas bellas del taller de Cartas que hice con Dana Madera y Dolores Reyes. y también leí todos los textos de mi equipo del @mundialdeescritura.

Leí A Mariana Enriquez, a Marina Yuszczuk, Dolores Reyes, Manuel Puig, Emma Reyes, Virginia Woolf, Emily Dickinson, Camila Sosa Villada, Alejandra Pizarnik, Griselda Pollock, Andrea Giunta, Mariana Sández, Lorenza Mazzetti, a Luz Vítolo, Giselle Aronson y unos cuentos de Stephen King.

Todos son grandes cuentos/novelas/reflexiones, claro. Pero de todos los textos, me quedo con el placer que me dio leer: Cometierra, Memoria por correspondencia, Rabia y los poemas de Emily. Quisiera volver a leerlos para sentirme así de bien.

Sobre el final del año decidí armar una especie de "tienda" online de mis obras: @discontinux 

Bueno, a quién le importa, no? Pero he aquí mi resumen del 2020.


2019

Agradezco con el alma el 2019 que tuve. 
Lleno de muestras y amigues artistas. Me dediqué casi tiempo completo a hacer lo que más me gusta. 
Faltan muchas imágenes acá, pero revisen mi IG https://www.instagram.com/mey.merono para ver todo lo que pasó!
2020 allá vamos!






















No. Yo no estoy acá para enseñarle a nadie, nada.
No soy quién para enseñar a vivir
ni dar órdenes sobre lo que es mejor sentir.
Solo estoy para hacer lo que me parece más hermoso,
para renacer en cada amanecer.
para elegir día a día el mundo que más me guste.
Sea cual fuera, pues
no todos los días gusto de las mismas cosas, aunque
sueño con el fin de la pesadilla.
Auguro un viernes sin olor a viernes y un lunes nada sulfurante.
Creo que el salario no debe ser tan importante
y que mi amor así, como el tuyo, lo único reinante.
Seamos colectivo, comunidad,
amor y libertad.
Seamos deseo y luchemos por eso.

Cerdas Babeantes

http://elcuadernoazul.com.ar/cerdas-babeantes-por-mey-merono-ilustrado-por-marisabel-rodriguez/

Esto escribía el 1 de marzo de 2010 a mis amigos... 

Sí, es cierto... tengo un hijo en primaria...
¿Qué quiere decir esto? Qué carajo sé yo!! ...
En primer grado las madres esperamos afuera, detrás de la escalera y es la maestra quien le acomoda el cuellito de la chomba a nuestro niño que nos mira y nos pide complicidad... le respondemos con una sonrisa llena de lágrimas sacándole una foto y... ¿Qué recibimos a cambio? Una mirada fulminante de la flamante y admirada maestra de primero, que nos obliga a ver madurar a nuestro pequeñísimo retoño; que a partir de mañana, va a bardear a los pibes de salita de 5 (si es que los tiene cerca), que va a ser burlado demoníacamente por los de 2do, 3ro, 4to. Que va a esperar interminables recreos tratando de comprar algo en el quiosco, mientras es aplastado y empujado por vándalos de 4to. que tratan de impresionar a una niña de 7mo con su cara llena de acné juvenil. Y es imposible no pensar en que, nuestro niñito, va a ser uno de esos.
Así, como quién no quiere la cosa, recordamos a nuestras madres revisando nuestros cuadernos a última hora... papel glacé... 1 mapa nro.5... y lpm! ¿Lindo? ¿Estresante? Es inimaginable. Parece que todas las etapas se repiten haciendo el camino (ya muuuy conocido) del eterno retorno, pero en lugar de ser igual, es siempre diferente.
Lo disfruto escribiéndoselo a ustedes...  a los que están por tener niños, a los que están adaptándose a una guardería llena de pibes con mocos y toses horribles, a los que todavía ni imaginan dejar su vida para ser tomados por la vida de madre/padre...

Mis amigos:
y sí... ya me dirán Señora por la calle... tengo un hijo con uniforme y mochila poliforme!!

Los quiero.
Mey

Hacía ya algunos años que mandaba 1 mail por semana.
El asunto era casi siempre: "Foto de viernes" (o, en su defecto, algún otro día) Contenía, como su título lo indica, una foto de mi autoría, y algunas pocas líneas que contaban algo.
Esta vez fue algo más personal:

Mi primer hijo que ya era hermano mayor, ahora empezaba la primaria... 
aquello fue todo un acontecimiento. Lleno de sentimientos encontrados, orgullo, alegría, miedo, sí, eso: sobre todo, miedo.

Hoy, 3 de noviembre de 2016, tengo la certeza de que Joaquín, efectivamente, empezó la primaria... aquello del 1 de marzo fue real. Una de las cosas más reales que me pasó en la vida. Puedo decirlo ahora, porque está a días de irse de viaje de egresados de 7mo grado.
Resulta que está terminándola y va a empezar la secundaria.

Puedo decirte ahora, que todo lo que se dice es un poco cierto... y también que exageran la tragedia. Pero eso es lo gracioso de la vida. Salpimentar las anécdotas, para que la vida sea más divertida.
Pero algo es cierto: Joaqui nunca prefirió el quiosco al recreo. Formó un grupo de amigos de los buenos, inseparables pero no absorbentes. De esos que pueden estar hasta las 6 de la mañana charlando, jugando, pateando la pelota sin aburrirse.
Aprendí en este tiempo que los varones (ya séeee... NO TODOS) son "una tumba" y que cuesta un perú sacarles una palabra... y que cuando llegan a adolescentes, te gruñen por la mañana y te abrazan por la noche. 
Y sí. Eso de salir corriendo a comprar papel glacé, mapas o cualquier otra cosa es terriblemente cierto. Pero también existen las mamás compañeras, que ayudan y se solidarizan con nosotras, las más colgadas y olvidadizas.  
Ahora que esta etapa (al menos la de Joaquín... me queda media primaria con Atilio) se termina, voy a poder descargarme y decir a viva voz lo que me pase por la cabeza sin ofender a las otras madres, esas que no son ni compañeras, ni solidarias!!!
Y voy a poder bajarme de 3 grupos de wsp (mínimo) sin culpa.

Mey
Él iba manejando.
Tenía la radio encendida pero no prestaba atención a lo que escuchaba. Era el momento que más disfrutaba del día. Solo en el auto. Escuchando sus pensamientos.
Afuera el sol y una brisa no tan caliente de primavera entraba por las ventanas, apenas bajas.
Por la hendija podía escuchar algunos ruidos de la ciudad, pero no lo sacaban del eje de sus pensmientos.
Él solo podía prestar atención a ese mantra que repetía una y otra vez dentro de su cabeza...

"Un día de estos largo todo a la mierda y me voy a vivir a la montaña. Yo, un invernadero y un techito, por mínimo que sea. Voy a ser otro. Voy a cambiar de nombre y de gestos, de intereses, de palabras. Voy a volverme ermitaño, silencioso, huraño.

Un día cualquiera me rajo.
No digo ni chau.
Y una vez lejos ¿Qué me va a importar lo que digan en el trabajo? No me va a importar ni mi vieja y sus futuros nietos (esos que nunca van a llegar).... Ni mis amigos ¿Amigos? Si ya casi no nos vemos.

Qué lindo va a ser ese día... como decía La Polla "Voy al campo, abandonaré la ciudad, seré un hippie impresentable en sociedad" y nadie me va a romper las pelotas."

En eso, le tocaron bocina, escuchó el sonido fuerte y constante y no pudo seguir repitiendo el mantra. Entonces despertó y manejó hasta el trabajo.


Él iba manejando.
Tenía la radio encendida pero no prestaba atención a lo que escuchaba. Era el momento que más disfrutaba del día. Solo en el auto. Escuchando sus pensamientos.
Afuera el sol y una brisa no tan caliente de primavera entraba por las ventanas, apenas bajas.
Por la hendija podía escuchar algunos ruidos de la ciudad, pero no lo sacaban del eje de sus pensmientos.
Él solo podía prestar atención a ese mantra que repetía una y otra vez dentro de su cabeza...

"Un día de estos largo todo a la mierda y me voy a vivir a la montaña. Yo, un invernadero y un techito, por mínimo que sea. Voy a ser otro. Voy a cambiar de nombre y de gestos, de intereses, de palabras. Voy a volverme ermitaño, silencioso, huraño.

Un día cualquiera me rajo.
No digo ni chau.
Y una vez lejos ¿Qué me va a importar lo que digan en el trabajo? No me va a importar ni mi vieja y sus futuros nietos (esos que nunca van a llegar).... Ni mis amigos ¿Amigos? Si ya casi no nos vemos.

Qué lindo va a ser ese día... como decía La Polla "Voy al campo, abandonaré la ciudad, seré un hippie impresentable en sociedad" y nadie me va a romper las pelotas."

En eso, le tocaron bocina, escuchó el sonido fuerte y constante y no pudo seguir repitiendo el mantra. Entonces despertó y manejó hasta el trabajo.


 #AmorIncondicional #Derrochedeintimidad #Mostrarse #Felicidaddepacotill

La intimidad de ese instante en el que te mirás a los ojos y entendés todo.
Te reflejás en la mirada del otro, y te sabés mejor de lo que te ves en el espejo.
Cuando lo conocí a Darío, yo estaba un poco perdida, pero feliz en ese remolino de irresponsabilidad adolescente. Él siempre fue más serio y, a veces, se enternecía ante mis travesuras impertinentes. Otras, no.
Crecimos a los tumbos. Somos del mismo signo del zodíaco y, aunque no creemos en esas cosas, nos gusta pensar que, en el fondo, todo eso, tiene algo de magia. Nuestros gustos son parecidos, pero nuestra forma de vivir, muy diferente. Es un amor que va más allá de la edad, de la familia que formamos, de los proyectos que tenemos ahora o vayamos a tener en el futuro. 
Ser feliz está de moda... bah, en realidad, mostrarse feliz. Derrochar intimidad a troche y moche. Y yo estoy asqueada de ver tanta mentira. 
Lo único que tengo para combatirlo es tener la certeza de esta verdad. Mi única verdad.
Escribir mucho. Escribir lo que pasa en un bar. Como ejercicio, como pasatiempo.
Cerca de la ventana hay una señora de unos 50 o 60 años, ya no me doy cuenta bien de cuántos años tiene la gente. Ella habla en voz alta, repite definiciones, mira hacia arriba, como si el techo tuviera una pantalla con las respuestas. Apunta, con un lápiz, en un cuaderno universitario.
Otras dos, más cerca de la puerta, hablan y comen. Da la impresión de que chusmean... divertidas, tienen cosas para contarse. Comen más de lo que charlan. Al fondo del bar hay una señora grande, come un gran sánguche de jamón y queso. ¿Tiene una peluca? No sé darme cuenta si es una peluca, es color bordó oscuro, tiene anteojos grandes, con marco transparente. Se parece un poco a la mamá de un amigo, pero no tanto. Un poco en las facciones de su boca, pero no tanto en realidad.
Ahora entra un señor, unos... ¿50? Vestido deportivamente. Come medialunas y acompaña con una gran taza de café con leche. Pienso si le habrá dicho a la mujer "Voy a hacer ejercicio, a caminar, a entrenar" y está acá, comiendo medialunas.
La señora del fondo se levanta, casi no puede caminar. Parece que tuviera un bastón, pero no lo tiene. Me da la impresión de que lo necesita imperiosamente. Casi no puede flexionar las rodillas.
A las 2 amigas que chusmeaban, se les suma otra que no parece ser muy bienvenida.
Mientras escribo y tomo mi café, pienso. Escucho la radio, miro a la gente en la calle, escucho al "deportista" que no deja de hacer ruido con la cucharita. No me gusta ese ruido, hace que vea lo intolerante que soy y eso me molesta.

Ya se hizo la hora del taller.
Llegué temprano y aproveché para venir a escribir y tomar un café.

Es 9 de marzo y no hace calor, pero tampoco frío.

Instalación en la muestra PERSONA, El Cultural, Villa Urquiza. Del 3 al 17 de Junio






#Instalacion #ArteContemporaneo #MeyMeroño #ArtistasArgentinas #ArtesVisuales #ExposiciondeArte #ArteArgentino Mujeres Arte Argentina Latinoamerica Exposiciones de Arte Contemporaneo Arte con Pelo Mey Meroño

Una vez tuve un sueño en el que yo creía lo que veía. Estaba segura de mi alrededor y convencida de mí.

Después tuve otro en el que todo era siniestro. Demasiado confuso. Todo parecía otra cosa, incluso yo. Claro que me sentía  extraña, pero había algo que resultaba más interesante. La duda, incluso de uno mismo, es lo que mueve. La búsqueda de eso que no sabemos qué es, que nos hace dudar, es lo que nos lleva a -hacer-. 
Aunque el segundo sueño era un poco tortuoso y enroscado, me sentía más a gusto, más presente y lista para el desafío.

Mey

         Cuando el viento viene para acá, se escucha pasar el tren. y es eso lo único que se escucha. Todo alrededor es silencio.
Me acuerdo de cuando vivía en Castelar y pasaba lo mismo... yo iba en bicicleta, por pergamino, para la plaza de los españoles y de pronto cambiaba el viento. Me daba en la cara y se escuchaba solo el paso del Sarmiento y, a veces, la bocina también. Supongo que el ruido de mi bici también se corría para atrás, y entonces, la persona que caminaba una cuadra antes, escuchaba, sumados, el tronar del tren y el rechineo de mi pedales al girar... 
Como si la tierra cambiara el rumbo por unos segundos... de adelante, para atrás. una sensación hermosa, rara, íntima.
Hoy, acá a la vuelta... me pasó eso mismo y fue la primera vez, en 35 años, que me dieron ganas de contarlo.



Sin saber qué es lo que hay que hacer.
Recuerdos Olvidados.

Cada caja un recuerdo.
Trato de atrapar en un pedacito de espacio un recuerdo olvidado, 
para que no se escape del todo... 
para que no se transforme en vacío.

Trabajo en proceso...





Pero vos.
Vos tenés un efecto extraño en mí. 
Exudás una horda de hormonas irracionales. 
Tus ganas de saberlo todo y, a la vez, jugar... son eternas.
Me hunde un deseo primitivo. 
Deseo morderte. Comerte.
Abrazarte y morderte.
Comer un bocado enorme de tu cuello.
Ensangrentar mis encías, afilar mis dientes y saborear tu carne.
Comerte las orejas, una a una.
Arrancar tu pelo con mis manos, entrelazarlo entre mis dedos.
Succionar tus labios y morderte la lengua.
Arrancarlos, primero el labio de arriba, después el de abajo.
Tu boca, toda entera entre mis dientes.
Enmudecidas y jadeantes.
Vos dejandote comer y yo, voraz comiendo tu cuerpo, 
enardecida.
Mirandote de reojo.
Tus ojos cerrados
Tu placer ahí...
Entre las sábanas,
Todas desparramadas.


Este texto lo escribí el 10/2/2015... pero ví "The Hunger" el 12/11/2015 y me pareció que le iba como anillo al dedo

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjphwG2x-nwTyygDCv6el2XvdXHOOwtGT0XH8YZNFJQbJxw5clzFgD5CCnHdaaadkhzraKM10NCxqE5WK67i4AzkTy1mpmfPr5J_KxEkfiOK68XyMaCPkYNPW0rOTmPAYog54w2j5w1clU/s1600/thehunger-f3.jpg